viernes, 4 de junio de 2010

Cuarto ordenado, mente no.

_¿Sabes? Estoy harto de todo,¡pienso cambiar el mundo!
-Mmm… antes de cambiar el mundo date una vuelta por tu casa tío…


Y empecé por mi propio cuarto a buscar alguna explicación a esas palabras que tanto eco hicieron en las entrañas de mi cabeza.
Miré a un lado y a otro y no vi más que camisetas desdobladas, pantalones arrugados, sábanas peleadas con aquella a la que arropan cada noche, ropa de abrigo que continuaba en el mismo sitio que la deje en diciembre…¿Se refería el desorden? Lo dudaba pero aún así ordene mi cuarto.
Una vez hecho me senté y tras el chirrío de una silla que se queja cuando mis puntiagudos huesos se clavan sobre ella volvió a mi otra imagen que podía ser lo que había impulsado a aquel hombre a decirme aquello: polvo.
Barrí, fregué, pasé trapos, limpié ventanas y muebles de dudosa existencia por el cúmulo de polvo que sostenían y acabado esto la silla volvió a acoger quejosa mi culo.
La desesperación empezaba a hacer mella en mi. Tenía ante mi , sin duda alguna, uno de los cuartos más limpios y brillantes que un adolescente con hormonas revueltas podría tener.
Definitivamente la limpieza no tenía nada que ver.

Pasé a arreglar objetos y me paré en el mueble de los trofeos y las medallas y olvidándome de la respuesta que el sabio me había dado empecé a coger cada uno de ellos y siempre derivaban mis pensamientos en recuerdos, en tiempos asociados a ellos…
Los conté:10 trofeos, 13 medallas y 2 placas y ningún reconocimiento igual al otro.
Cada uno tenía su seña de identidad, su lugar en el tiempo…
Me paré a pensar delante del espejo con ellos de fondo.¿Realmente era merecedor de tanto material en forma de copa ?Y si lo era…¿Por qué?
Alguien dijo alguna vez que a un hombre lo delimitan sus actos, un hombre es aquello que hace y debe ser juzgado por ello. Los trofeos son sin duda premios a los actos y , de acuerdo con ese pensamiento, yo debería de ser la mismísima polla. Asi que no estoy de acuerdo.
A un hombre lo delimitan sus actos sí, pero esos actos están condicionados por una sociedad la cual te mueve a actuar de tal forma o de otra y haciéndote merecedor o no de ese premio en forma de copa con más valor sentimental que económico.
Conclusión : cada uno de esas copas, cada una de esas medallas y cada una de esas placas las han ganado ellos, mi sociedad, mis amigos, MI EQUIPO.
Respecto a lo que me dijo el sabio aún sigo sentado en esa silla buscando alguna solución lógica. Aceptaré opiniones para levantarme lo antes posible que la silla esta agonizando ya de tantas veces que me he parado a pensar en ella.

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