martes, 21 de agosto de 2012

SDB


Apenas creo en las palabras para describir sentimientos, intentamos que hagan de nexo entre lo que quisiéramos que hubiera sido y en lo que fue, entre recuerdos ,llantos y sonrisas. Sin embargo, nadie puede describir con un verso incorregible un sentimiento y más si no soy el único que lo siente, pero intentaré ser lo más preciso posible.

Sergio para mi fue como un hermano, teníamos un equipo “Black power”, sí éramos críos. Las personas somos como arcilla girando en un molde que amasa y golpea la vida, cada golpe duele, te da forma y te deja marcado, pero Sergio ante esto decidió hacerse de piedra. Le dolían los golpes pero jamás se quejó, su familia podrá apoyar esto que digo.

Una vez escuché que no hay que apenarse cuando al árbol se le caen las hojas en otoño, pues éstas se quedan bajo él, alimentando sus raíces y ayudándole a que crezca sano y fuerte.

De botánica sé poco, de la vida menos. Pero sé que yo aún no era un árbol y tú, no eras una simple hoja.

La diferencia entre un hombre común y corriente y un guerrero es que el guerrero lo acepta todo como un desafío ,mientras que el hombre corriente lo toma todo como una bendición o una maldición. Tu desafío era enorme, consistía en recibir golpes a diestro y siniestro, sin perder la sonrisa, sin poder hacer otra cosa que esperar un comentario optimista de algún médico. Un guerrero nunca se preocupa por su miedo, se preocupa por el de los demás aún siendo él el herido. Muchos sois los que os creéis guerreros, de hecho yo mismo me creía uno, pero eso era antes de verle a él luchar a diario.

Te recuerdo como aquello que fuiste, como aquella persona que seguía avanzando con los ojos cerrados hacia un abismo infinito y con la única esperanza de que el infinito se hiciera real y así poder salir de allí a hombros. Nada de calvicies, ni palidez en tu rostro, ni goteros. Tu esencia, tu alma a diferencia del infinito sí se hizo real y hoy te noto aquí conmigo.

Yo, en mi afán por escribir una oda al tiempo con tinta china, y tú escribiendo en el dorso de la historia de mi vida unos versos dorados que hablan de lo que hemos vivido juntos. Hoy , un año más tarde, te doy las gracias por haberme honrado con esos recuerdos inolvidables y hablo en nombre de todo aquel que se sienta identificado con esto.

Gracias, eterno SDB.