sábado, 9 de marzo de 2013

El trece de mi martes




Juego al escondite con mi propia sombra para ver si puedo despistarla y concederme un instante a solas.
Giro para perder el norte y encontrarme a mi mismo.
Despisto al viento doblando esquinas.

Entre tanto juego, giro y tanto doblar esquinas me he perdido. Suena a paradoja.

Soy feliz, mucho. Pero hay algo que sin duda echo en falta y ese eres Tú. La misma persona que me ha hecho cambiar mi forma de ver la vida es la única que carece de ella.
Pensé que lo superaría, que el tiempo daba puntos de sutura con un hilo hecho de recuerdos y sin embargo ese hilo está sirviendo para tejer mi propia tela de araña que me impide avanzar,que me ahoga cuando pienso en ti.

No soy el mismo desde que te fuiste.
Antes era feliz sin hacer esfuerzos, mi cara está hecha para sonreir. Ahora cada vez que me levanto tengo que darme una palmadita en la espalda,deshacerme el nudo de la garganta, atarme las zapatillas y echar a andar pensando en todo lo que tengo.

Ya lo dije una vez:

"Yo, en mi afán por escribir una oda al tiempo con tinta china, y tú escribiendo en el dorso de la historia de mi vida unos versos dorados que hablan de lo que hemos vivido juntos."

Me enorgullezco por haber formado parte de tu vida pero eso no significa que no me entristezca que no sigas escribiendo tus versos.
Mi vida jamás será igual después de haberte conocido hermano.
Te quiero