sábado, 9 de octubre de 2010

Pasando lista

Después de esta dura batalla es hora de recontarnos …

Algunos han quedado por el camino, algunos, en lo poco que ha durado la contienda han desaparecido o no están de la misma forma que estaban cuando nos entrenábamos para luchar, otros soltaron las armas antes de tiempo pero una mayoría, los que estáis leyendo esto, aún tenéis las garras afiladas por si a mi me pasaba algo.

Los que aun están prestándome atención espero que no lo dejen de hacer.

Hace dos meses todos sabíamos que uno de nuestros hombres iba a emprender una misión. Difícil. Se iba a embarcar en un velero que no sabía navegar y se iba a tirar a un mar de dudas para desembarcar en no se sabe dónde con no se sabe quién. Solamente sabíamos que se iba, que era decisión suya y que le queríamos.

Y le entrenamos para ello. No le enseñamos a navegar, tampoco le dimos nociones básicas para sobrevivir ante tempestades, ni siquiera le enseñamos a pescar en alta mar.¿Para qué? Eso no le serviría.

Pero si le enseñamos otras muchas cosas…Le enseñamos a querer, a vivir, a aprovechar cada momento junto a la gente que quería, a que cada instante puede ser el último, a arriesgar, a jugar al juego de la vida, a que él podía ser el mejor…

Y lo aprendió, fue un alumno ejemplar. Si le dábamos algo en forma de sentimiento el hacía todo lo que estaba en su mano para devolvernos el doble pero con una condición: hacerte reír. Nadie dudó de que todo lo que hacía lo hacía para simplemente vernos reír.

Y justo cuando mas cariño le teníamos llegó el día. El día en el que embarcaría en el mejor puerto que jamás había visitado para desembarcar y sobrevivir en otro que aún no conocía.

Y se fue… Moviendo la mano y con una sonrisa pintada en su cara, practicando con el ejemplo de su propia filosofía “la risa es vida”.

En su viaje hubo relámpagos que le rozaron, truenos ensordecedores, olas enormes que le rozaban y él reía. Decía que los relámpagos eran caricias, y las olas le mecían en el seno de cuarto mientras los truenos tatareaban su canción favorita… todo eso se lo habíamos enseñado nosotros…o eso decía él.

Estaba seguro de que algún día llegaría a puerto fijo. No sabía donde iba pero creía firmemente que nosotros, desde aquí, desde la orilla, soplábamos en la dirección más indicada asíque lo único que hizo fue bajar las velas y dejarse llevar.

Y finalmente llegó.

No fue fácil el viaje, no fue fácil no ver nuestras caras a diario, no darnos por culo en clase, ni no ayudarnos a jugar a baloncesto, no fue fácil empezar de 0 pero lo hizo.

Paso de ser un grande en nuestra orilla a convertirse en un anónimo en la otra.

Aguantó, no fue tan duro porque la gente de allí le acogió bien pero aún así fue duro.

Estaba acostumbrado a viajar, pero este viaje le resultó más duro que ningún otro.

Ahora empieza a vivir de verdad, losé por cartas que nos manda. Ahora es feliz y el sol vuelve a dejarse ver entre sus nubes.

Ahora puede probarse a sí mismo, puede ver donde están sus límites, es lo que él quería y ahora vuela alto. Son pocos los valientes que se tiran al mar sin saber nada y él lo hizo. El mismo se siente orgulloso de sí, de no haber cambiado el “illo” por el “ACHO” de no decir “tío eres un pintamonas” y en cambio decir “tío eres un Friki de cojones y un tontaco”.

Como dije es hora de hacer recuento. Los que estamos en la orilla contraria a este hombre y que sabemos que nunca le abandonaremos gritad: PRESENTE!

No hay comentarios:

Publicar un comentario